Casi todos tenemos muy claro cuáles son los cuidados veterinarios básicos de un perro o un gato, sus vacunas… ¿Pero qué hay de las iguanas? ¿Es necesario alguna clase de control veterinario periódico?
No son pocos los dueños de estas mascotas que se encuentran con que enferman de pronto, y es que, aunque son reptiles muy populares y tan resistentes como cualquier otro, todavía son grandes desconocidos en lo referente a salud. En algunas ciudades es realmente complicado encontrar un veterinario de animales exóticos, y los vendedores no siempre nos ofrecen la información necesaria para su cuidado.
El principal problema con el que nos encontramos es el de los parásitos, tanto internos como externos. En el caso de los internos, es importante realizar una desparasitación al menos anual. Para evitar los externos, los ácaros que tanto daño pueden hacerle como son las garrapatas, la limpieza y la higiene de su terrario serán fundamentales. Si le colocamos piedras o ramas del exterior, debemos lavarlas antes en la medida de lo posible y asegurarnos de que no traen invitados indeseables. También es recomendable bañar a nuestras iguanas una o dos veces por semana; con agua tibia, en un período de tiempo no demasiado prolongado (unos quince minutos). Con lo que les gusta el agua a estas mascotas, seguro que no se quejan.
La higiene parte de nosotros
El análisis de sus heces, que podrá practicar cualquier clínica especializada en animales exóticos, será la clave para saber si se están alimentando bien, si incuban alguna clase de parásito o si necesitan algún suplemento alimenticio. En todo caso, por muy sanas que estén, seguramente nuestro veterinario nos recomiende alguna aportación vitamínica extra. Suelen ser preparados muy recomendables para cualquier tipo de reptil y bastante económicos, así que nunca están de más.
Por supuesto, la higiene debe comenzar por nosotros mismos. Después de manipular a estas mascotas debemos lavarnos las manos (una recomendación básica, pero con la que la mayor parte de la gente suele ser bastante laxa), y no debemos poner la boca o los ojos en contacto directo con su piel.
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