Las altas temperaturas del verano provocan trastornos en el modo de vida y en la salud de las personas. Y también los provocan en nuestras mascotas, principalmente en perros y gatos.

Lo primero que tenemos que saber es el calor afecta más a los perros y gatos que a los humanos. Los humanos manifiestan el aumento de la temperatura corporal a través del sudor. Ésa es la forma de refrigerar nuestro cuerpo. Los perros no sudan( no tienen glándulas sudoríparas) y eliminan el calor de su cuerpo a través de sus jadeos. Los gatos enfrían su cuerpo mediante la saliva que utilizan sus lamidos.

En verano, la salud de nuestras mascotas dependen mucho de nosotros y todo cuidado es poco porque un golpe de calor puede matar a nuestra mascota en 20 minutos. Los síntomas son claros: temblores, respiran con mucha dificultad y apenas tiene ganas de moverse. Por estas razones, debemos tener cuenta una serie de consejos para prevenir el calor en nuestras mascotas. No se trata de hacer nada extraordinario. Debemos aplicarles el mismo sentido común que tendríamos con nuestros hijos pequeños o con nosotros mismos.

Procurar que nuestra mascota beba agua regularmente y evitar la deshidratación. Hacerlo a menudo y nunca en grandes cantidades. Si viajamos en coche, podemos utilizar un spray que aplicado sobre su manta de viaje le refrescará. Y, cuando hagamos un descanso para estirar las piernas, no dejarlo en el coche porque el vehículo puede alcanzar rápidamente los 50 grados.

Sacar a pasear a nuestro perro de paseo y hacer sus necesidades en las horas de menos calor del día para evitar los golpes de calor.

-Disponer de una habitación bien ventilada en el domicilio o de sombra en el jardín para que no sufra los efectos del calor.

No utilizar agua helada para hidratarlos ya que su cerebro puede sufrir daños. Y tampoco debemos cubrirlos completamente con mantas o toallas porque así no eliminamos el calor. Al contrario, provocamos que le suba más.