Al momento de castrar un gato tenemos que analizar las condiciones de vida del animal, su salud, y el poder brindarle los siguientes cuidados que necesitará
En los últimos tiempos hemos tenido una buena cantidad de consultas estrechamente relacionadas con las complicaciones o los problemas que pueden surgir al momento de castrar un gato, y cuáles son aquellas situaciones en las que no queda otra alternativa. Por eso mismo queremos enseñarte a continuación todos los detalles que debes tener en cuenta cuando se procede a castrar un gato, comenzando por las ventajas del proceso, y continuando con los cuidados posteriores.
Como decíamos al comienzo, son muchas las personas que optan por castrar un gato cuando lo tienen de mascota esencialmente porque poseen estos animales una naturaleza diferente a la de los perros. Al pasar tantas horas fuera de casa, no podemos mantenerlo cuidado, y en muchos casos la única forma de asegurarnos de que no tendremos que soportar a la gata embarazada y hacernos cargo de los pequeños es ésta.
Consideraciones previas
Antes de pensar en castrar un gato, es importante realizar algunas desmitificaciones que han aparecido en base a creencias históricas, como por ejemplo el hecho de que es mejor que la gata tenga una camada antes de estirilizarla. De hecho es todo lo contrario, así que cuanto más joven pueda ser sometida la gata a esta intervención quirúrgica, más tranquilo puedes quedarte de que has hecho bien al castrar un gato.
Y por otro lado, no son pocos los que equivocadamente cree que pueden ahorrarse la molesta de castrar un gato con solo dejarlos encerrados en su casa. Como también sucede a diferencia de los perros, los gatos en celo pueden ser realmente insoportables, provocando situaciones de muchísimo estrés para con la familia, lo que termina dando como resultado que tengamos unas ganas de matarlo increíbles, figurativamente hablando por supuesto. Y tampoco es justo que el animal deba sufrir de esa forma a final de cuentas.
Ventajas de castrar un gato
Ya pensado lo anterior, nos encontramos en la necesidad de analizar algunas de las ventajas de castrar un gato que existen, entre las que podemos mencionar por ejemplo que los machos dejarán de marcar territorio con su orina, incluso dentro de la casa. Además, es posible que recorran enormes distintas en búsqueda de alguna gata en celo, con las altas chances de que eso derive en que se pierda, sufran un accidente, se peleen con otros gatos, etc.
Además de eso, a diferencia de lo que muchos piensan, no es una desventaja al momento de castrar un felino la de que comienzan a ganar peso rápidamente, e incluso debemos decir en este sentido que sí puede haber un ligero aumento de la masa corporal al comienzo por los cambios que se producen en el organismo pero éste no debería permanecer en el tiempo, y si así lo hiciera te recomendamos que veas un veterinario para consultarle al respecto.
De todos modos, si luego de castrar un gato tienes el problema éste del aumento de peso, es probable que puedas solucionarlo con solo disminuir en un pequeño porcentaje la cantidad de alimento que le ofreces todos los días. Incluso, otra ventaja al respecto es que algunas marcas especializadas en nutrición felina proponen también fórmulas creadas específicamente para animales que han sido sometidos a estas operaciones.
Por otro lado, tampoco queremos dejar de mencionar una ventaja más que tiene la posibilidad de castrar un gato, y es que de esa forma lograremos reducir la cantidad de pequeños animales que tienen que sufrir la eutanasia todos los años por no tener hogar. De este modo, en apenas cinco años podrás ahorrarle al mundo alrededor de 200.000 descendientes, y si todo el mundo tomara consciencia de estos números seguro habría menos mascotas sin hogares.
Cuidados posteriores a la intervención
Y por fuera de lo antes mencionado, nos encontramos al mismo tiempo con que existen unos pocos cuidados luego de castrar un gato que cualquiera de nosotros puede cumplir con un poco de dedicación todos los días. Así podemos mencionar el tenerlo en casa durante varios días bien tranquilo, evitando que salte o haga movimientos bruscos, y más aún que se muerda o juegue con los puntos de la sutura, hasta que el veterinario se los retire o se salgan solos cuando su piel ya haya cicatrizado por completo.
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