Cuando adquirimos un perro nervioso

Cuando adquirimos un cachorro nervioso, siempre tendemos a pensar que cuando crezca, se calmará. ¿Qué ocurre cuando éste cumple el año y los dos años y su nivel de nerviosismo no se ha apaciguado? Las causas pueden ser genéticas, ambientales o educacionales pero en cualquiera de estos tres casos, el estrés es el causante.

¿Por qué puede producirse el estrés?

Factores genéticos: El perro puede haber heredado esa característica de su personalidad a través de sus padres, abuelos, etc… Al igual que los humanos, existen caracteres más activos y otros más tranquilos pero cuando el ambiente o la educación no es la adecuada, su mente se desborda. El resultado, por tanto, serán perros estresados, ansiosos e infelices.

Factores ambientales: Hasta el perro más tranquilo del mundo puede llegar a tener un comportamiento anormalmente activo si su entorno no es el adecuado ( como por ejemplo, que viva enjaulado o privado de libertad). Los perros necesitan salir, pasear, correr, jugar…en definitiva, desgastar toda la energía que van acumulando a lo largo del día.

También, los cambios que rompan su rutina, como por ejemplo un viaje, un cambio de domicilio o de horarios, pueden provocar que temporalmente se estresen hasta que vuelvan a la monotonía de su vida cotidiana. (Monotonía como rutina, no como falta de estimulación mental o física)

Factores educacionales: Como indicaba en el punto anterior, parte de su educación, es crear rutinas, establecer límites, adquirir el respeto de tu perro y la estimularlos física y mentalmente.

¿Cómo solucionarlo?

La mejor terapia para perros con éste tipo de problemas es:

Estimulación física: Correr, jugar (no deben ser juegos bruscos para que no suba su nivel de estrés), dar largos paseos. Os recomiendo también leer el siguiente artículo:

Estimulación mental: Juegos interactivos, pasearlos por sitios que desconoce para que perciban estímulos nuevos, practicar ejercicios de obediencia ( sentado, tumbado, quieto…), o enseñarle nuevas habilidades (buscar un objeto, practicar deportes de agilidad…)

Crear rutinas: a la hora de comer, de pasear y los tiempos de descanso. Llevando a cabo estos tres simples pasos, notaréis como su nivel de estrés comenzará a disminuir progresivamente.