La «tos de las perreras» es un síndrome que afecta las vías respiratorias superiores del perro y es causado por más de un agente patógeno.
El principal agente causal es una bacteria llamada Bordetella bronchiseptica, pero en general se combina con otros virus y bacterias para generar este cuadro. Tiene un alto nivel de contagio, se presenta con más frecuencia en invierno, y su signo principal es la tos.

Afecta sobre todo a perros jóvenes (cachorros), perros de edad avanzada y a aquellos en condiciones de hacinamiento (de ahí el nombre de la enfermedad), y si bien no suele ser una enfermedad grave, resulta muy contagiosa y es importante detectarla para que el veterinario realice el tratamiento más adecuado (que en general es sintomático) y evitar así complicaciones.

En general, la enfermedad se autolimita y, si no se complica, los signos suelen durar una semana. Los más comunes son:
– Tos seca de aparición aguda
– Anorexia y decaimiento
– Puede cursar con fiebre

La tos producida por esta enfermedad es muy típica, de aparición aguda, inicialmente seca (sin mucosidad) y se intensifica al colocar el collar o cuando el perro tira de la correa. En general la tos es confundida con el vómito, ya que en generalmente termina en una arcada. El veterinario deberá descartar otras patologías que producen tos, como los problemas cardiológicos y pulmonares, problemas en la tráquea, alergias, cuerpos extraños, etc.

Factores predisponentes
– Época del año: invierno y bajas temperaturas.
– Edad: cachorros y perros de edad avanzada, aunque puede afectar animales de cualquier edad.
– Alta densidad de animales: criaderos, pensionados, exposiciones.
– Enfermedades o medicamentos que deprimen el sistema inmunológico.
– Falta de vacunación.

¿Qué hacer?
Realizá una consulta con tu veterinario de confianza, quien evaluará la situación, realizará el diagnóstico e indicará el tratamiento. Además de cumplir con las indicaciones de tu veterinario, es conveniente que el perro permanezca en un lugar cálido pero ventilado y realice reposo al menos por una semana.

Prevención
La principal herramienta de prevención es la vacunación, convenientemente antes de la llegada del invierno. Esto es particularmente importante cuando conviven varios perros, para evitar el contagio de todo el grupo. Consultá con tu veterinario acerca de esta enfermedad y su prevención.