Mucho se viene hablando acerca de lo perjudicial o no del pelo de gato, en este artículo vamos a intentar desvelarte cuales son las más graves acusaciones que se han vertido contra estos felinos, siempre desde el desconocimiento de la verdad.

5 mitos sobre el pelo de Gato

La mayor de las mentiras que se ha vertido sobre el pelo de gato es que produce esterilidad, tanto a hombres como a mujeres. La esterilidad de las mujeres viene asociada a la toxoplasmosis, una enfermedad que antes se creía venía transmitida por el pelo de los felinos, sin embargo, se ha demostrado que el pelo de gato no es el causante, sino que serían las heces de gatos con esta enfermedad y en entornos con falta de limpieza. Con lo cual, nada de que preocuparse. También se puede encontrar la bacteria que provoca esta enfermedad en el agua sin hervir, carne mal cocinada, el contacto con ciertas plantas y tierras o incluso algunos vegetales mal lavados.

Que provoca enfermedades o alergias, esto es otra falsedad pues ni provoca enfermedades ni alergias, en tal caso la persona puede ser alérgica a la saliva seca del animal, que evidentemente esta presente en el pelo debido a sus muchos baños diarios.

Que produce bolas de pelo y quistes en el cuerpo de los humanos. No ocurre de forma habitual que una persona “se coma” el pelo de gato, pero en caso de producirse, el pelo sigue el proceso habitual de la digestión y termina siendo eliminado junto con la materia de desecho.

Que asfixia a los recién nacidos. Afortunadamente esta creencia es algo que está quedando en la mentalidad del pasado, ha quedado ampliamente demostrado por estudios científicos que exponer a un bebé a una mascota como puede ser un gato reforzará su sistema inmunológico y le previene de contraer muchas enfermedades.

“El pelo de gato es como el del Diablo”. Esta afirmación sin duda es el colmo a los despropósitos, sobre todo proviene de la relación que se establecía entre los gatos negros y la brujería, se le atribuían ciertas cualidades mágicas, por suerte este tipo de creencias se han desterrado y han quedado en la Edad Media.

Lo que debes tener claro es que evidentemente no será lo mismo un gato doméstico al que tienes completamente controlado su alimentación y las vacunas al día que uno que por desgracia ha tenido la mala suerte de vivir en la calle. En todo caso lo que tendrá y transmitirá la enfermedad será el propio gato y no su pelo.